Amanece en el tren.
Un rumor de raíles desata la cremallera de un paisaje.
El cielo abre sus párpados, instante en que no sabes
si acabas de partir o estás a punto de llegar.
No sabes si el mundo huye de ti
o eres tú velocidad de fuga entre sus fauces.
Te abandonas al presagio de una selva lejana,
esperas el placer de su espesura.
De Amalia Iglesias.