lunes, febrero 1

Treinta pétalos vacíos para tapar el olvido...


Treinta pétalos vacíos para tapar el olvido.
Nos depara tosca nube el insomnio,

solitario infierno que anticipa la memoria.

Habito
en el suburbio amargo de la nada,
en la intimidad del desamparo,

en el cristal de los signos sin infancia.

Es el sonido que alumbra la incesante tiniebla,
la agonía del agua,
el hábito inasible del miedo.
En las grietas del verbo se repite la desidia de la espada.
Con prisa inútil se desangra en música el intolerable infinito.

De Beatriz Hernanz Angulo.