sábado, febrero 5

Cotidiana llegada


Estoy aquí.
Pasa.
Un momento y termino.
Algo difícil sobre consonantes absurdas...
¿Hace frío?¿Hace amor, lluvia, viento?
¿Qué me traes?
¿Hemos tenido hijos esta noche?
Siéntate. ¿Puedes?Quito libros, papeles.
Como siempre la invasión de las letras
que ya trepan, ¿las ves?,por paredes y techos.
Tienes las manos pálidas
y en tu cara amanece el cansancio.
Deja que también pasen los árboles,
contigo,el bosque, el mar, las grandes cataratas.
Esa ardilla que tengo aquí,en el hombro,
me cuchichea brisas
y los pájaros llenan de insurrección la casa.
¿Quieres café, un zumo, coca-cola?
La silla tiene flojos los huesos,
has de perdonarla,ya es vieja...
(¿Un ave lira?
¿La flor del Paraíso a punto ya de ser manzana?
¡Qué detalle!)
Quiero que estés contento de mí.
Escribo mucho.Tanto como querías tú.
¿Qué ocurre?La niebla se interpone, no te veo.
Los pájaros te ocultan
y esas ramas me vuelven parte del bosque.
Habla.Que te oigan mis hojas.
Que mis ojos vegetales te sepan cerca.
Tengo nidos en los brazos y el pelo.
Llega una taza de café volando del comedor,
y a la terraza le nace un sauce,
ese árbol triste, ese árbol que llora.

De María Beneyto