martes, noviembre 23

Solterona


Esta chica de quien hablamos
en un paseo de abril ceremonioso
con su último pretendiente
súbitamente se asombró muchísimo
del charlar de los pájarosy las hojas caídas.
Así, afligida, ella vio
que los ademanes de su amante
agitaban el aire y se irritó
entre el caos de flores y de helechos acres.
Juzgó los pétalos confusos, la estación ajada.
¡Cómo deseó el invierno!
Austeramente, en orden minucioso
de blanco y negro de hielo y roca, todo deslindado,
de corazón a fría disciplina sometió,
exacto cual copo de nieve.
Pero he aquí: un capullo
de sus cinco sentidos de gran dama
una grosera confusión deduce:
traición intolerable.
Que el rinda al caos de la primavera: prefirió retirarse.
Y rodeó su casa de alambradas y muros impasables
contra el tiempo rebelde
tanto que nadie lo rompiera con maldiciones,
puños, amenazas,ni con amor tampoco.

De Sylvia Plath