miércoles, febrero 9

Viaje


He cerrado mi maleta
sobre el viejo cadáver
que alimento a diario,
con el forro gastado
de sus ropas cansinas,
su casi imperceptible
olor a camposanto,
su traslúcida piel.
He cerrado mi puerta
tras el silencio espeso
de la alcoba vacía,
con sus sábanas yertas
de irrevocable ausencia,
sus ventanas cerradas
al rumor de la vida,
su lenta oscuridad.
He cerrado mi maleta
y he metido en el fondo,
con mi viejo cadáver,
un candil de esperanza
y unas gotas de olvido,
un traje de deseo
y unas botas de andar;
y he salido a la luz.
He cerrado la casa.
Les he vuelto la espalda
a los ciegos rincones,
a las hoscas paredes
que musitan rencor,
y he comenzado un viaje
sin destino y sin rumbo,
un viaje que me enseñe,
desde los vericuetos
y vueltas del camino,
a enterrar mi cadáver definitivamente
y a nacer otra vez

De Isabel Rodríguez Baquero.

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